Tina Brooks fue uno de los mejores saxofonistas de la escena musical jazz en la época dorada de Blue Note. Sin embargo solo cuenta con cuatro trabajos como líder, de los cuales sólo uno se publicó mientras vivía. True Blue, aunque Minor Move ya se había grabado en 1958.
Tina no volvió a grabar a partir de 1961. A lo largo de aquella década trabajaría ocasionalmente en grupos latinos y de R&B pero, esencialmente, trabajó en el Bronx en clubes como Freddie's Bar, el club 845 y el Blue Morocco con Oliver Beener, Elmo Hope, Don Pullen y otros. Nunca logró un éxito importante, en parte, por su personalidad tímida y reservada. También, por ser uno de los muchos músicos de jazz de su época que sufrió dependencia de las drogas. Breves periodos en el hospital y la cárcel le alejaron intermitentemente de la música. Tras varios años de enfermedad, que terminaron por imposibilitar que tocara su instrumento, Tina Brooks falleció el 13 de agosto de 1974 a causa de un fallo hepático. wikipedia.
Era generoso, como demostró dando a Freddie Hubbard temas que ayudaron a encumbrarlo en su debut. Sin embargo Hubbard no volvió a utilizar a Tina en ningún trabajo (en True Blue tocó la trompeta), aunque siempre reconoció estar en deuda con él. Con sus trabajos como líder reprimidos cruelmente, ganó poco impulso en lo que debería haber sido una carrera a la altura de los hombres que tocaron en sus discos, como Lee Morgan, Johnny Coles, Blue Mitchell y Lou Donaldson, y para el caso, aquellos para los que tocó en geniales sesiones, Freddie Hubbard, Jackie McLean, Jimmy Smith, Freddie Redd y Kenny Burrell.
Tina con Johnny Coles a la trompeta y Kenny Drew en el piano, Wilbur Ware y Philly Joe Jones ritmos.
De todos estos músicos, creo que Jackie Mclean fue quien más admiró el trabajo de Tina, y uno de los pocos que se atrevió a pronunciarse sobre el abandono y desdén de la cúpula de Blue Note hacia Tina Brooks.
"Si puedes imaginar estar bajo el régimen nazi y no saberlo, entonces tienes una idea de lo que es estar con esa compañía", dijo McLean, refiriéndose a sus días como músico en Prestige y Blue note. "Estaba hambriento cuando firmé ese contrato ... Y mi condición tampoco ayudó; cualquier dinero era dinero entonces ... Te dan un poco de dinero por adelantado, y luego te cuentan las regalías que recibes. que obtendremos después de que se publique el disco ". Y el dinero nunca llega. Pero los discos de McLean se publicaron, y tener su nombre en un disco significó algo, aunque solo sea como un recordatorio para los propietarios de clubes de que estaba vivo y para los oyentes de que tenía algo que decir. Pero si los discos nunca se publican, como los de Brooks en Blue Note, no hay nada. Y es que en las discográficas de aquella época, los músicos, por muy buenos que fuesen, seguían siendo negros en la américa de los años 60.
Si a todo eso sumamos la introversión de Tina Brooks, su adicción a la heroína, su frágil aspecto, todo lo contrario a la imagen que Lion y Wolff buscaban en un músico de jazz. Opuesto a Freddie Hubbard, que despegó a costa de Tina, en un álbum que bien podría haber sido de Tina.
Si sus trabajos no hubiesen sido rescatados por Michael Cuscuna, seguirían enterrados y olvidados aún hoy día. La censura que Brooks sufrió por parte de la jerarquía de Blue Note fue devastadora y difícilmente comprensible. Tanto ‘Back To The Tracks’ como ‘The Waiting Game’, habían sido masterizados, numerados y listados en el catálogo Blue Note, pero nunca se publicaron. Solamente publicaron el grandísimo True Blue.
Por todo esto, y por la admiración que siento por Tina Brooks, creo que merece la pena dedicar una pequeña reseña a uno de los grandes, aprovechando que sus trabajos están siendo reeditados nuevamente por Blue Note, en colecciones como Tone Poets, además de escuchar su saxo en muchas de las sesiones en las que trabajó, como su contribución al álbum 'The Connection', de la obra teatral del mismo nombre, como el disco 'The Sermon', de Jimmy Smith o algunos otros inolvidables con Jackie Mclean, Kenny Burrell, etc.